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Cae una banda que estafaba desde a cárcel de Cruz del Eje

Decían ser empleados de Anses para quedarse con el Ingreso Familiar de Emergencia. Así actuaba la banda que realizaba estafas millonarias con el cuento de la Anses desde la cárcel

Les iba ‘bien’, muy ‘bien’ y se habían cebado. Tenían todo anotadito en cuadernos, eran registros bien apuntados, con números, teléfonos”, grafica el investigador.

Los hechos venían repitiéndose sin freno en una amplia franja de la pampa bonaerense. Vecinas y vecinos de distintas poblaciones de esa geografía iban cayendo, víctimas de las estafas.

Alguien, por teléfono y haciéndose pasar por contador de Anses, los embaucaba ofreciéndoles el supuesto acceso al bono de los 10 mil pesos del Gobierno nacional por la cuarentena (el IFE o Ingreso Federal de Emergencia). Convencían a las víctimas para que fueran al cajero electrónico y allí les terminaban vaciando las cuentas. En otros casos, les hacían tomar préstamos por altísimos montos.

Nada nuevo bajo el sol: se trata del “cuento de la Anses”, una estafa que se viene reiterando con la cuarentena y, por la cual, la entidad tuvo que salir a aclarar que no hace llamadas telefónicas de este tipo a ninguna persona. A nadie.

La situación delictiva en la pampa gringa llegó muy lejos cuando un empleado de la Municipalidad de General La Madrid, en el sudoeste bonaerense, fue estafado mediante este ardid y llegó a perder unos 70 mil pesos de su cuenta.

Hubo más: debido a que ese trabajador tenía cuentas asociadas con el municipio, los delincuentes estuvieron a punto de extraer más dinero de esas arcas públicas.

Un escándalo total si se tiene en cuenta que un empleado municipal intentaba obtener el IFE.

La Justicia de Olavarría, con la colaboración de la Policía Bonaerense, profundizó la investigación y se descubrió el mismo nexo: las comunicaciones provenían de Cruz del Eje, al norte de Córdoba.

Tras contactarse con sus pares de la División Delitos Económicos de la Policía cordobesa, la pesquisa descubrió que las llamadas eran realizadas desde pabellones de la Cárcel de Cruz del Eje.

Nada nuevo, en realidad. Desde hace varios años, en los presidios de Córdoba vienen funcionando (y son desbaratados) verdaderos call centers dedicados a las estafas.

La investigación por lo sucedido en Buenos Aires avanzó a fondo. Así fue que en las últimas horas se descubrió una verdadera industria de la estafa muros adentro y mediante el uso de celulares.

La banda desarticulada ahora (aunque no hay detenidos) tenía dos partes: algunos presos hacían los llamados muros adentro, mientras que en Córdoba capital sus cómplices (mujeres y hombres con nexos directos con esos reclusos) se encargaban de retirar el dinero de las víctimas de los cajeros.

Además, se cree, eran quienes les llevaban luego a los reclusos celulares, chips y cargadores que ingresaban de forma clandestina.

La banda, según los pesquisas de la causa, había logrado concretar millonarias estafas.

Desde la Unidad Fiscal de Olavarría, se indicó que de la banda tomaban parte al menos 16 personas. Se esperan imputaciones por el delito de asociación ilícita y estafas reiteradas.

La red delictiva, según la pesquisa, tiene tentáculos en Chaco.
La banda usaba a un indigente, a quien habían puesto a cargo de una cuenta corriente en la que le depositaban dinero. En un domicilio de aquella provincia se incautaron un millón de pesos en efectivo y dos certificados por sendos depósitos de 700 mil pesos.

En la Cárcel de Cruz del Eje se hallaron numerosos celulares.
En tanto, en allanamientos en domicilios de los barrios Villa Corina, San Jorge, Villa Páez, Bella Vista y Yapeyú se incautaron 20 celulares, 50 mil pesos, 1.500 dólares, además de cuadernos con anotaciones y tarjetas de bancos.

Desde la Policía cordobesa indicaron que los delincuentes llamaban al azar e informaban a la víctima que había sido acreedor del IFE. “Las víctimas eran conducidas bajo engaño al cajero y les sacaban todo. La gente tiene que cortar esas llamadas. No hay que darles lugar”, remarcó el jefe de Delitos Económicos de la Policía cordobesa, Diego Martinelli.
Cortar y no dar datos: El mejor consejo

Ante e-mails, llamados telefónicos o pedidos en redes sociales en los que se soliciten nombres, DNI, números de cuentas o contraseñas, no debe brindarse ninguna información. Los bancos y las principales entidades poseen nuestros datos y claves, y no hacen esas consultas.

Ante una maniobra de ese tipo, se recomienda desconfiar siempre y cortar la comunicación. Desde la Policía, enfatizaron no hacer transferencias o movimientos de dinero, sobre todo cuando alguien está del otro lado del teléfono dando instrucciones. Hay que cortar y denunciar al 101.

Fuente: La Voz
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