Un audio viral de WhatsApp que se filtró da cuenta de que uno de los que se enteró de la pelea relató que se hablaba «en el club» que «lo han cagado a palos a Zurro».
«(El Intendente) venía mal con ‘El Cabito’, lo llamó a hablar, luego le insultó y el comerciante le metió una trompada que cayó al suelo. Después, agarró una silla y le empezó a dar con la misma», relató un ciudadano.
Para responder a las burlas, dudas y conversaciones que generó el tema, Zurro salió a explicar durante la mañana de este viernes que en realidad se trató de una «agresión» hacia su persona, y negó que existiera una pelea.
«No fue una pelea, agredieron al Intendente y por boludo, porque tenía las manos en el bolsillo», admitió. También aclaró que, aunque podría denuncia por «resistencia a la autoridad», no inició acciones legales.
El intendente K explicó que «no va a andar con seguridad» por Pehuajó para evitar nuevos conflictos con el comerciante y seguirá «trabajando de la misma manera», pero que no descarta realizar una denuncia penal «si las agresiones siguen».
Zurro declaró que, a pesar de la «agresión», se manejó con «mucha templanza». «A los 20 minutos ya estaba trabajando» nuevamente en el Municipio. «De todas formas, por ahora no haré la denuncia», anunció.
No es la primera vez que el mandatario local se encontró involucrado en una riña. A fines del mes de junio, otro empresario de la localidad, Adolfo Orso, aseguró que tras una acalorada discusión con Pablo Zurro, el Intendente lo «invitó a pelear y lo quiso cagar a trompadas».
Orso explicó que la disputa se produjo en el despacho municipal, y el motivo fue la licitación de una obra pública vial que le negaron a su empresa a pesar de presentarse correctamente porque «lo decidió el Intendente».
«Me acusó de no haber adoctrinado a mis hijos y me quiso agarrar a trompadas. Mis hijos tienen 40 años, no les puedo decir qué pensar», denunció Adolfo Orso y agregó que Zurro lo «desafió a pelear ahí o en la ruta».
El empresario añadió que el conflictivo Intendente de Pehuajó «cuando tiene que hablar, agrede, no sabe lo que es la democracia» y manifestó que «hay que dejarlo que siga con su reino y ver qué pasa después».
En el mes de julio, Pablo Zurro llegó a revolver basura para identificar al vecino que la tiró y denunciarlo penalmente. Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Esta vez, el intendente ultra k recibió su propia medicina.