Judiciales

En medio de la tensión, trasladan al “Tuerto Cacho” a la cárcel de Cruz del Eje

El narcotraficante es señalado como uno de los líderes de la revuelta que hubo en dos módulos de máxima seguridad el lunes. Lo trasladaron, junto con otros detenidos, a Cruz del Eje. Buscan descomprimir la situación.

No son horas fáciles en ninguna de las grandes cárceles del país. La pandemia que ha puesto a buena parte del mundo en cuarentena también impacta en la población carcelaria local. Deudas estructurales, temores actuales y algunos intereses cruzados generaron un combo virulento muros adentro.

Mientras que en Santa Fe dos motines dejaron cinco muertos días atrás, en Córdoba el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos viene siguiendo la situación interna con suma preocupación.

El mismo viernes 20 de marzo, apenas horas después de que comenzó a regir el aislamiento social obligatorio decretado por el presidente Alberto Fernández, parte de los internos de la cárcel de Bouwer dejaron en evidencia su primera reacción.

Se plegaron internos de los módulos MX1 y MX2, según se informó. (Captura de video)

Se plegaron internos de los módulos MX1 y MX2, según se informó. (Captura de video)

Temprano, apenas se enteraron de que todas las visitas estaban suspendidas por las restricciones de circulación que abarca a todo el conjunto social (salvo excepciones), unos 30 detenidos improvisaron una suerte de barricada y amagaron con amotinarse, por lo que fue necesario que ingresara el grupo especial antimotines del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC).

En aquella oportunidad, los reos hicieron trascender sus reclamos por las medidas de higiene dentro del penal, aunque por detrás dejaron que se filtrara su real reclamo: obtener libertades condicionales o prisiones domiciliarias.

Noche caliente

Ahora, este lunes a la noche, otra vez ese penal volvió a convertirse en una caldera a punto de explotar.

Minutos después de las 21, un grupo de internos de los módulos MX2 y MX1, considerados históricamente como los que aglutinan a aquellos con las causas más “pesadas”, generaron disturbios y obligaron a la intervención del grupo especial antimotines.

Según se pudo observar a partir de una serie de videos registrados por los propios presos, además de audios que los detenidos hicieron llegar a la prensa, fueron varios los reclusos que se plegaron a la protesta: primero, abandonaron las celdas; y luego, en los pabellones de uso común, comenzaron a arrojar todo tipo de elementos hacia la zona en la que se ubican los guardias. Hubo gritos y desmanes, hasta que comenzaron a escucharse las detonaciones de las escopetas antitumultos.

Los que protestaban se declararon en “huelga de hambre seca” y alertaron que su malestar se debía a una serie de factores, según enumeraron. Un abanico de quejas que van desde el estado de la comida que les sirve el SPC hasta la supuesta falta de elementos de higiene, no sólo para prevenir el coronavirus, sino también para combatir mosquitos y cucarachas.

Críticas a las que también se pliega un grupo de abogados que vienen alertando acerca de que la emergencia sanitaria ha dejado entre paréntesis, en los Tribunales de Córdoba, el derecho a defensa.

Tuvo que intervenir el grupo especial antimotines. Según la Provincia, la situación está controlada. (Captura de video)

Tuvo que intervenir el grupo especial antimotines. Según la Provincia, la situación está controlada. (Captura de video)

Subrayan desde una falta de contacto con sus clientes hasta una serie de libertades que no se firmaron a tiempo en marzo y ahora quedaron suspendidas hasta nuevo aviso.

Desde el Ministerio de Justicia, se indicó que la situación fue controlada y que la protesta de los internos se contextualizaba “en un reclamo que se está manifestando en distintos establecimientos carcelarios del país en el marco de la pandemia Covid-19, y se focaliza en un pedido por libertades condicionales y asistidas, prisiones domiciliarias y ceses de prisión”.

Al respecto, la cartera provincial agregó que desde que comenzó la cuarentena obligatoria se han entregado 16 mil tarjetas para que los presos puedan llamar desde los teléfonos fijos de los pabellones; que desde el viernes pasado se ha dispuesto un sistema de videollamadas con los familiares y que se intenta asegurar que sea fluida la comunicación de los detenidos con sus abogados.

También se habilitó que los familiares pudieran ir hasta el acceso a la cárcel para dejar encomiendas con comidas y cartas para los presos.

Extraoficialmente, fuentes que conocen bien de cerca la problemática carcelaria de Córdoba agregaron que a la superpoblación actual (las cárceles están al límite de sus capacidades) se suma que varios defensores les dieron a entender a sus clientes que ante la crisis por el coronavirus se iban a disponer liberaciones o detenciones domiciliarias masivas, algo que no se concretó.

A estos beneficios sólo lo obtuvieron empresarios de la causa Euromayor y un detenido de avanzada edad vinculado al trágico tiroteo de Nueva Córdoba, en el fuero provincial, mientras que por parte de la Justicia federal se ordenó la liberación bajo fianza de la cúpula del sindicato del Surrbac.

En tanto, a través de una resolución del Ministerio de Salud, se dispuso que desde el 1° de abril último todos los nuevos detenidos sean alojados en el Establecimiento Penitenciario 9 de barrio Cáceres, de la ciudad de Córdoba, con el objetivo de evitar que algún posible contagiado con el Covid-19 ingrese en la penitenciaría de Bouwer y expanda el virus allí adentro.

La sombra del “Tuerto”

Pero esto no ha sido todo. Ayer, y tras analizar la revuelta del lunes a la noche, las autoridades penitenciarias ordenaron el traslado inmediato a la cárcel de Cruz del Eje de uno de los principales presos, Raúl Alberto “el Tuerto Cacho” Cuello (48), sindicado como uno de los líderes de la virulenta protesta.

 

Ayer temprano se decidió trasladar a otra cárcel a Raúl Alberto «el Tuerto Cacho». (La Voz / Archivo)

Cuello está con prisión preventiva, acusado de liderar una de las organizaciones narco más poderosas de la ciudad de Córdoba, además de ser investigado por supuesto lavado de dinero.

El hombre hace tiempo que se convirtió en toda una leyenda dentro del hampa local, ya que durante décadas fue vinculado a diversos delitos y golpes de envergadura, a la par de que su poderío económico se fue multiplicando gracias a la venta y la distribución de cocaína, según se sospecha.

“En 2003, Cuello fue condenado a seis años de cárcel (por narcotráfico). En Tribunales aún recuerdan el miedo de los testigos. Es que la leyenda del ‘Tuerto Cacho’ se fue construyendo de boca en boca y cada uno le fue agregando pimienta a la historia. Se habla de crímenes ocultos, de ‘soldados’ y de ‘sicarios’. Pero en los barrios donde supo forjar su mayor respeto se cuenta sobre ayudas económicas para cumpleaños, velorios y hasta para ir en un remise hacia el Centro. Cara y cruz de un personaje que aún proyecta una inmensa sombra de mito. En la vetusta cárcel de barrio San Martín, pasó a liderar un pabellón caliente”, se publicó en La Voz cuando fue detenido por última vez en 2018.

Hoy, aún detenido, como una larga sombra, “el Tuerto Cacho” vuelve a generar zozobra.

 

Fuente: la voz

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