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La muerte de Agustín: se fue a operar la muñeca y lo dejaron cuadripléjico

Tenía 17 años cuando se cayó jugando al fútbol. Lo que era una cirugía simple le arruinó la vida. 8 años después, la causa no avanzó y los médicos siguen trabajando.

Agustín Torres Gagliano tenía 17 años y jugaba al fútbol en el club Barrio Parque junto a su hermano gemelo, Luca. En un entrenamiento, chocó contra un defensor y al caer al piso se golpeó la muñeca.

Pasaron los días y el dolor continuaba. Era su último año de secundaria y soñaba con entrar al Ejército, por lo que decidió operarse. El 5 de agosto de 2013 entró caminando al quirófano del Hospital Ferreyra de Córdoba, donde le cambiaron la vida para siempre: la cirugía era sencilla pero algo salió mal y lo dejaron cuadripléjico.

Agustín se fue del hospital solo pudiendo mover sus ojos. Pasó 6 años y cuatro meses en ese estado, internado, conectado a máquinas y luchando contra innumerables complicaciones, hasta que falleció el 30 de diciembre de 2019

El drama

“La cirugía era ambulatoria: le ponían un yeso y volvíamos a casa. Tenía que durar una hora y media. Era con anestesia regional, ni siquiera local y menos total”, relató su madre, Elizabeth Gagliano, sobre lo que ocurrió aquella tarde de agosto.

Sin embargo pasaron más de cinco horas y nadie daba noticias a los familiares. Hasta que en un momento, los médicos cirujanos del Hospital Ferreyra salieron y le dijeron a la mujer que la operación “se había complicado”.

“En mi ignorancia les pregunté ‘¿Entonces mañana se despierta?’. Me dijeron ‘Sí, sí. Mañana se despierta’, relató con tristeza Elizabeth.

Agustín quedó cuadripléjico de manera inmediata y aún no está clara la causa. Al parecer, tras ser anestesiado sufrió un paro y el quirófano no estaba preparado para asistir una urgencia a tiempo. Pasaron varios minutos hasta que lo estabilizaron y ese lapso le arruinó la vida.

“Los médicos nos dijeron que mi hermano había estado 5 minutos sin oxígeno. Pero otros profesionales nos aseguran que en realidad fueron como 20 minutos”, describió Luca, que es el fiel reflejo de cómo su hermano gemelo debería ser hoy.

De ahí en más tanto la realidad de Agustín como la de su familia fue un calvario. Largas semanas en terapia intensiva y años divididos entre hospitales e internación domiciliaria. Todos sabían que ya no había nada para hacer más que intentar mejorar su calidad de vida, dentro de lo posible.

Sin justicia

Mientras la madre y el hermano de Agustín tuvieron que readaptar su vida para poder atenderlo, también intentaron avanzar con la causa judicial por este presunto caso de mala praxis.

Sin embargo, pasados 8 años de aquella operación y rumbo a los 2 años de su muerte, ahora ni siquiera hay imputados a pesar de que la causa llegó a estar elevada a juicio.

“No buscamos culpables: buscamos responsables. Para que tenga paz él y también la tengamos nosotros. Yo le prometí en su lecho de muerte Justicia y lo voy a hacer, de la forma que sea”, dijo entre lágrimas su mamá.

Y su hermano Luca agregó indignado: “Obviamente que hay responsables. Era una persona sana, entró al quirófano caminando y no volvió a salir. Evidentemente hay responsables, aunque en el tema legal pareciera que no”.

Según costa en el expediente judicial, los profesionales que participaron de aquella fallida operación fueron los cirujanos Marcelo Gabriel Racca y Fernando Cervigni, y la anestesista Antonia Iudicello.

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